El camino está repleto de pequeñas piedras con pista y premio. Te las vas encontrando a medida que avanzas. Pueden esconder caminos nuevos, recuerdos viejos, cuestas, lodazales, otras piedras, rotondas, cambios de sentido, trampas, puentes, callejones sin salida...
Puedes levantar todas las que quieras, o no levantar ninguna. Pero siempre siempre te regalan sus consecuencias. Tú decides.
La incertidumbre te domina, como siempre, el miedo te aletarga y sientes que la decisión te acabará comiendo. A veces sale bien, a veces sale mal, muchas veces ni bien ni mal, o una con la otra.
Son misteriosas, interesantes, a veces dañinas, adictivas, temibles, complicadas, consecuentes, desquiciantes, acertadas, incluso apasionantes o deprimentes....
Reniego de las decisiones, pero no puedo vivir sin ellas.
Decisión debería ser nombre de mujer.
miércoles, 23 de mayo de 2007
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