miércoles, 26 de diciembre de 2007

Sólo una

¿Por qué voy a buscar mil razones para seguir jugando, si realmente sólo necesito una?

La cambiante. La escurridiza. La que se va, se transforma y vuelve. La que se pierde, se busca y se encuentra. La que se multiplica. La que se ríe. La eterna. La imposible. La probable... La "Una".

Es hora de cambiarle la cara al tiempo... No vaya a llegar la razón y lo pille con legañas en los ojos...

¡Feliz año nuevo!

martes, 4 de diciembre de 2007

Las niñas no lloran

La niña del pelo corto y revuelto descansaba cubierta de sudor y polvo, apoyada en el tronco del árbol más viejo del parque Nuevo.
Tenía las rodillas peladas, moratones en los brazos y una sonrisa en los labios. Se sentía plena.
La niña del pelo corto y revuelto jugueteaba con su balón favorito, el que le había regalado su padre... Estaba sucio, roto y se deshinchaba todos los días, y ella se aferraba demasiado a los símbolos...
Notó un cosquilleo suave, como un hilo de aire trepando por su pierna. Miró de reojo, y vio una mariquita roja de siete puntos subiendo, subiendo, subiendo...
La niña del pelo corto y revuelto se asustó. El miedo se apoderó de ella y el balón se le escapó de las manos. Pero las niñas no lloran...
La niña del pelo corto y revuelto, secretamente cobarde, presa de un miedo que le presionaba los pulmones contra las costillas, levantó un brazo, decidida. Porque las niñas no lloran. Se tragó el miedo y le pegó un manotazo al insecto que tanto asco y repulsión le causaba.
Nadie dijo nada. Nadie vio nada...
La niña del pelo corto y revuelto perdió el balón... Y entonces, la niña lloró.

jueves, 22 de noviembre de 2007

Me gusta Madrid...

Empezó como un impulso y acabó en un caballo de hojalata con ruedas. Me regalaron un par de horas con café y Coca Cola, y me regalé otras tantas de descubrimiento geográfico solitario. Jugué a perderme en un mapa de tres dimensiones y logré encontrarme cuando al búho aún le quedaban plumas. Disfruté. Disfruté como una adulta reteniendo el furor secreto de una quinceañera en su interior. Me reí y canté por dentro. Me quedo con una mirada... ayss.. si no fuera inventada... Multitudes inquietas y un sello en la mano, hasta que la noche se cansó y decidió apagarse...
Turismo mañanero entre legañas que me consumían las fuerzas. Esperé una guía que no pudo llegar y acabé entre leones por casualidad. Por dentro una sensación nerviosa me iba invadiendo en proporción cuadrática a medida que pasaban las horas.
Me sumergí unos minutos en un pasado importante y reviví momentos a cada parpadeo. Llevaba las gafas en el bolsillo...
Volví a esconderme en el pico del búho y pasé una servilleta por mi cerebro. Seguí cantando por dentro y me reí tanto o más que la noche anterior entre canciones serias y serias cantautoras cómicas... Sin tiempo para mucho más, el viaje acabó enseñándome que un avión vuela más rápido cuando son dos los que se suben en ella.

sábado, 10 de noviembre de 2007

Acatarrada...

Caminaba despacio con la cabeza gacha, las manos en los bolsillos y la mirada compungida. Mentalmente acatarrada por tener las defensas bajas... qué le iba a hacer, si no quisieron crecer... Los pies se movían simétricos casi sin separarse del suelo siguiendo leves impulsos involuntarios, de esos que llevan sin preguntar. Baile de hormonas indomables en su cabeza y una ventana entreabierta a la ingenuidad del recuerdo. Tuvo un comienzo espeso entre pensamiento y pensamiento, y se le rompió el lazo que encarcelaba su antisocialidad, en apenas media hora, dejándola salir y brincar libre de aquí para allá, sin límites ni obstáculos... Todo apuntaba a un día... cojo. Sin embargo, el café de media tarde se adelantó, le apaciguó e incluso contuvo la ira de sus hormonas... Pese a sus limitaciones, disfrutó... le hubiera gustado que no acabara. Estaba agotada, el catarro le había agarrado la garganta tan fuerte como la cabeza. Su comunicación y su expresión en esas condiciones siempre están capadas...
Después volvió a agachar la cabeza y a esconder las manos en los bolsillos mientras seguía las baldosas del metro con los pies y la mirada, pero con el cajón de la alegría lleno y satisfecho. Por la noche cumplió y acabó comprándose una lluvia de estrellas de bolsillo, o de bolso mejor dicho... para mirar un poco hacia atrás, de reojo, y poder sonreír siempre que las defensas se encojan... Acabó un poco desubicada pero consiguió llegar a casa.. ya tocaba descansar. Sólo quedan seis días de baile...

miércoles, 24 de octubre de 2007

Érase una vez una niña asomada a una ventana...

En poco tiempo, casi sin darme cuenta, he aterrizado en el curioso mundo de los adultos.

Ha sido un aterrizaje suave, sin las turbulencias del despegue… Y, de momento, creo que estoy echando un vistazo para ver si esto me convence…

A veces me siento un poco desubicada en este mundo raro, quizás debería pisar bien y cesar en mi empeño de caminar siempre a la pata coja. Que ponga los dos pies en el suelo... no implica obligación de quedarse, ¿Verdad?

Creo que aún soy ligeramente invisible en este mundo, porque cuando le digo a la gente que vaya con ojo… se ríen un poco… Digo yo que será porque aún no me han visto llegar… No creo que porque haya pedido a Epi cosquillas para Reyes, vayan a pensar que estoy bromeando…

Partimos de la idea de que todos somos adultos, ¿no?

Es cierto que en ocasiones me parece que, como dice la canción, "se equivocó mi destino en un cruce de caminos"... pero no suelo hacerme mucho caso... El Destino... ¡Yo no creo en el destino!, no es más que una excusa barata, una salida fácil. Y yo sé que, cruce a cruce, voy llegando a alguna parte, y si al final tengo que retroceder... pues por lo menos me habré quedado con las vistas...

domingo, 7 de octubre de 2007

"Estar"

¿Realmente una persona es responsable de su propia felicidad? ¿Hasta qué punto puede ser cierto? ¿Dónde está el “pero”? ¿Es bidireccional el pensamiento?

No puedes hacer a nadie responsable de tu propia felicidad, me lo he dicho mil veces, y mil veces me lo he acabado creyendo... Me lo he creído mientras lo sujetaba con pinzas de ceniza en una tarde de viento...

Es inevitable realmente, somos seres dependientes. La sociedad nos ha construido así, y la genética, las conexiones neuronales, los impulsos eléctricos y los neurotransmisores han puesto su granito de arena...

Es una cadena tremendamente difícil de ensamblar, y contrariamente fácil de destruir. Es como construir una torre con fichas de dominó o un palacio con cartas de póquer. Los vas construyendo poquito a poco, muy despacio, con sumo cuidado, con mimo, con cariño y con la máxima perfección posible... y se caen de un plumazo a la mínima contrariedad... un roce, un suspiro, una puerta mal cerrada o una ventana mal abierta.

No depende tanto de lo que me dan, como de lo que puedo, o no, dar.

Puedo construir un muro opaco a mi alrededor, forrarlo con cristal de espejo, transformarlo en red elástica y aparentar la frialdad irrompible del hielo más alto de la montaña con más chulería playil del continente..

Puedo intentar esconderme tras de mí y enterrar a cien metros de profundidad mis de por sí cobardes habilidades sociales..

Y ni así podría evitar tener una felicidad completamente dependiente, ni quisiera tampoco.

Nadie puede pedirme que sea feliz cuando veo como alguien a quien quiero se desvive por ocultar el impulso del llanto prohibido, y vive cabizbajo, triste y con la ilusión escondida en un cajón oscuro...

Quisiera que “Estar” fuera suficiente, porque creo que no sé hacer mucho más... Y me rompo al pensarlo...

domingo, 30 de septiembre de 2007

Palabras que no se entienden

No es fácil tener algo que decir... pero podemos hablar sin darnos cuenta, desde una profundidad que nos desconcierta o simplemente desde la confianza casual que nace a partir de pocos momentos. Pocos momentos relativos, porque uno detrás de otro, en fila india, podrían alcanzar incluso varios kilómetros de tiempo...

No es fácil tener algo que decir, y sin embargo se dice, y va surgiendo como una fuente subterránea que sale de la roca más dura del camino.

Pero cuando intentas explicarlo... las palabras huyen cobardes y te abandonan. Quizás sea porque los por qués asustan... y es más fácil esconder la cabeza, aún corriendo el riesgo de acostumbrarse y hacerlo siempre por simple inercia, incluso cuando no quieres...

Así que simplemente es eso, sin más, ni menos tampoco. Consolidación.

La gente entra y sale constantemente. Normalmente ni te das cuenta, no han rascado nada en la plantilla de tu vida. Muchas veces entran, salen y te acuerdas... pero tampoco pasa nada, no te han sacado demasiadas palabras... Otras veces entran y dices: “¡ostras!”, y claro... ya no quieres que pasen de largo.

jueves, 13 de septiembre de 2007

Pasos...

Porque los pasos son lo primero q enseñas, o lo primero que escondes. Porque los pasos te llevan, te traen y sobre todo te acompañan. Porque los pasos siempre te delatan y te sorprenden. Porque son reversibles y sinceros. Porque nunca se acaban ni te abandonan. Porque son y están.

Por eso me gustan los pasos, sí, los miro y me gustan.

Me gustan esos pasos que son como columnas articuladas capaces de soportar cualquier peso, más por su arquitectura que por su tamaño... Esos que le dan un puntapié tras otro a la vida. Esos pasos seguros que miran hacia delante, incluso cuando lo que hacen es deshacer el camino. Esos que muestran rodillas y punta, resueltos, que dan tacón y acaban arrastrando primero muslo y cuerpo después. Esos que son largos y elegantes. Decididos aunque no sepan hacia dónde van. Acompasados, coordinados, rítmicos...

Sentarme en un banco a leer y mirar a través del libro para verlos. Seguirlos con la mirada en silencio y chillar con la mente para alcanzarlos. Descubrir secretos.

Me gustan los pasos. Los miro y me gustan.

Aunque a veces parezca que sólo miro al suelo, nunca agacho la cabeza ni escondo la mirada bajo el ala, simplemente miro pasos...

lunes, 13 de agosto de 2007

Hoy no pienso... sólo cuento: El Camino

Hoy ha sido un día peculiar... empezó con un tren que se despedía con risas mientras yo empinaba la cuesta como si estuviera en el Dakar, y mi coche en lugar de vibrar volara. No podía permitirme dejarlo escapar... toda la noche había estado lloviendo, así que nunca se sabe cuando pasará el siguiente...
Me quedé leyendo a oscuras en la fría capa envolvente que era mi coche y me cargué de paciencia. Unos treinta minutos después, para mi sorpresa, llegó el siguiente tren...
Entonces pareció, que ya todo había acabado, y que el resto del día ocurriría como lo hacía normalmente... Salvo por un motivo, hoy tenía que ir andando desde la estación al trabajo, la lanzadera sigue de vacaciones, y nadie podía recogerme... era lunes...
La última vez que fui andando, el paseo fue la cúspide de un intenso viaje de cuatro horas repleto de obstáculos.. Pero aquella sensación al bajarme del tren, aquel olor, la brisa, aquel cielo con sus colores, y aquel aire helado que corría, me fascinaron. Lo olvidé todo, y sólo sentí no llevar mi cámara conmigo. Hoy no volví a cometer el mismo error, y aunque ya llegaba bastante tarde... no pude evitar entretenerme en intentar guardar algunos de aquellos instantes. Los colores no eran los mismos, ni el aire, ni el mar... pero seguía siendo increíble...
Soy un animal de costumbres, y frente a la puerta en la que siempre desciendo del tren, la más cercana al asiento en el que siempre me siento, estaba, igual que siempre, la silla de los socorristas... No sé por qué, pero me gusta, un día no podré evitar subir, para charlar un rato con el viento, y contemplar, esperando, la llegada de alguna vieja botella de cristal con mensaje... Por el estrecho caminillo que separa serpenteante la vía del mar, fui caminando despacio, pensando poco, mirando mucho y respirando más... De vez en cuando, parecía como si alguna chispa mágica procedente de los trenes que pasaban furiosos salpicara el suelo frío y gris y lo transformara, en madera robusta, fuerte, imaginativamente olorosa y altanera... Me encanta la madera en la playa... me suena a contradicción, a bella y simple contradicción... Contradictorio como esas escaleras, también de madera, que me llamaban tentándome a bajar y quedarme.
Atravesé dos o tres chispas de madera cuando el deber me obligó realmente a bajar a la arena, para cruzar un lúgubre túnel que más que animar a pasar, te incitaba a salir corriendo... pero era la única forma de cruzar... entre letras gigantes y macarras animados plasmados en la pared que parecían acecharme... Después de este túnel, otro más, ya el último, algo más ancho y largo, pero de igual decorado...
Entre tanta armonía había olvidado las lluvias de la noche... no me había enterado de nada... cuando yo me levanto, las noticias a lo sumo empiezan a desperezarse, y por eso siempre las pillo a destiempo... Era todo un tremendo lodazal, ramas por los suelos, basura, hojas, cajas y un palmo de barro... Imposible pasar por allí... Las máquinas trabajaban y no me atreví a parar ninguna, para que me llevara hasta la puerta.. a unos escasos 30 metros... Metí un pie.. como comprobando si el agua estaba fría... y acabé de barro hasta los tobillos... Tuve suerte... resbalé y pude haber quedado de barro hasta las orejas...
¿Cómo voy yo ahora a trabajar? Me pregunté. Y entonces recordé aquel camino de cabras por el que alguna vez nos llevaba el buen señor de la furgoneta, con la intención de evitar atascos, y hacía allí me fui... no sabía como estaría.. pero sí sabía que tardaría como diez veces más en llegar... Por todo este camino, sudorosa a pesar del frío de lluvia y de la mañana... olvidé echar fotos... no estaba yo como para fijarme... hasta que llegué a las viñas, qué curiosas me parecen cada vez que las veo, todas tan ordenaditas en líneas escrupulosamente rectas contrastando con la tortuosidad de sus tallos, todas tan verdes y tan crecidas... casi las he visto nacer... Y volví a disparar... Mi objetivo ya se veía de lejos.. ya faltaba poco.. y disparé una vez más... Al final llegué, exhausta pero contenta, y cuando entré, buscando con desesperación a mi fiel silla, la que nunca me ha dejado caer... me quedé patidifusa observando el “gracioso” lago que bañaba todo el suelo desde la entrada, hasta la misma entrada.. recorriéndolo absolutamente todo...
Y empecé a trabajar...

(PD. A pesar de todo... así da gusto ir a trabajar, ¿no es cierto? :p)

martes, 7 de agosto de 2007

Dos en uno, o uno en dos... Cabreo...

La vida es como una gran fotografía. Una fotografía panorámica.
Al principio, cuando nacemos, está borrosa; y con el tiempo va coleccionando momentos como si fueran diminutos píxeles coloreados. Muchos parecen que no tienen sentido, que no encajan, no concuerdan con los demás. Pueden ser momentos puntuales o un álbum de momentos. Sea como sea, todo junto, completo, acaba creando la imagen de tu vida...

No pierdas el tiempo bombardeando píxeles y mira un poquito más allá... no cuesta tanto...

Aunque quizás no lo parezca... hoy estoy muy muy muy cabreada... cosa no habitual en mí...

Tagore dice que si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas te impedirán ver las estrellas...
Yo ya lloré lo mío, y cuando empecé a secarme los ojos, fueron apareciendo muchas “luces”. “Fíjate... realmente estaban ahí las estrellas...” me dije a mí misma mientras mirada. Esta fase no la conocía... Interesante...Y seguí mirando...
Acabé estampada contra el faro mentiroso de un coche a media noche. Aplastada y medio chamuscada...

Lo completamente absurdo de la situación me cabrea como pocas veces me ha cabreado algo o alguien...

Si de noche no ves, conduce sólo de día y déjame a mí mirar las estrellas...

lunes, 16 de julio de 2007

La felicidad no existe...

No siempre es necesario buscar dos paredes y un techo de madera negra, para encontrar un rincón seguro. Ni piernas en movimiento alrededor, ni voces lejanas en el aire...
Hay veces que puedes encontrarlo entre los granos de arena que se amontonan entre los dedos de tus pies buscando sombra, o en el murmullo suave del vaivén de una ola que te habla con voz tranquila y envolvente...
Al nuevo rincón llega la música dormida de un chiringuito azul y el pi pi pi pi del tren...
El sol te abraza y te enseña los dientes apretándote toda la piel hasta que consigue que sientas auténtica conciencia de tu propio cuerpo, y te obliga a darte la vuelta de golpe, igual que lo hace la amante más salvaje...
La brisa te enciende por el simple sonido de su propio nombre, y el agua te corta la respiración entre mordiscos helados que vas viendo llegar y que te obligan a estirarte hasta más allá de tu propia longitud... Y que acabas retándote a vencer, para sentirte grande de nuevo. Grande en el horizonte, como un bebé, fuerte y completamente nueva...

La felicidad no existe (se aprende a base de golpes...), pero sí los momentos felices...

viernes, 22 de junio de 2007

La vida

A veces, la vida intenta hacerse la justa y te enseña su lado dulce mientras te saca las uñas por detrás...
Otras veces, parece que la vida empieza a ser justa, aunque se empeñe en negarte su lado dulce...
A veces, la vida es como un bebé a quien hay que ir poniendo o quitando capas de ropa, según el momento, aunque realmente no tenga ni frío, ni calor...
La vida es como la luna. Unas veces se esconde completamente, y otras se muestra entera y resplandeciente como si nunca hubiese roto un plato.Te pide que la entiendas, te habla de jirafas y sus teorías, te maneja a su antojo y te mira con ojitos de niña buena (sabe que a esos ojitos no puedes resistirte...)
Pero jamás, jamás menciona su lado oscuro. Que quizás sea interesante, pero es oscuro al fin y al cabo... oscuro.. oculto... negro...
La vida también tiene miedo, y se equivoca continuamente. La vida también se esconde, porque sigue pensando que mostrarse la hace débil. Y desde su escondite de madera pasada, todavía se equivoca más, y piensa peor, y tiene más miedo y muestra menos... y se pierde más...

viernes, 15 de junio de 2007

Frustración

Frustración. Deseo partirme en un millón de trozos tan tan pequeños que ninguno sea capaz de guardar un ápice de conciencia, de pensamiento... Desparecer, evaporarme en la nada más vacía y carente absoluta de excepciones.
Estoy cansada de caminar tambaleante sobre agujas afiladas, único punto de apoyo, que emergen de un mar de lava hirviendo, tan tan caliente que derrite cualquier escudo, no hay barrera que se resista... Nada sirve.
Cuando la aceleración de la soledad se transforma en gravedad, el declive se convierte en ley, y te arrastra impertérrito, como un plomo cabrón, hacia abajo. No hay alternativa.Dos opciones que son la misma y no son ninguna. Las agujas se clavan y la lava me llama. Y las lágrimas incandescentes gritan de dolor, en el intervalo sobrio y ausente de psicotrópico hormonal, mientras te perforan más y más dibujando enormes vacíos en el mayor vacío que es el todo de la vida sin nada.

miércoles, 23 de mayo de 2007

Decisiones

El camino está repleto de pequeñas piedras con pista y premio. Te las vas encontrando a medida que avanzas. Pueden esconder caminos nuevos, recuerdos viejos, cuestas, lodazales, otras piedras, rotondas, cambios de sentido, trampas, puentes, callejones sin salida...
Puedes levantar todas las que quieras, o no levantar ninguna. Pero siempre siempre te regalan sus consecuencias. Tú decides.
La incertidumbre te domina, como siempre, el miedo te aletarga y sientes que la decisión te acabará comiendo. A veces sale bien, a veces sale mal, muchas veces ni bien ni mal, o una con la otra.
Son misteriosas, interesantes, a veces dañinas, adictivas, temibles, complicadas, consecuentes, desquiciantes, acertadas, incluso apasionantes o deprimentes....

Reniego de las decisiones, pero no puedo vivir sin ellas.

Decisión debería ser nombre de mujer.

sábado, 19 de mayo de 2007

Ferrari...

La vida estaba estática, callada, ahogada en un bucle de constancia desconcertante del que sólo salía en contadas ocasiones, para empaparse de lo que supuestamente debía ser la realidad. Sólo asomaba ligeramente la nariz para evitar efectos secundarios, sobredosis de “pseudorealidad”. Su cuerpo no toleraba más, porque lo que ella llamaba “situación” o “momento” era el motor de su vida, y aunque lo sabía, ella no quería pensar que estaba desengrasado, que la mezcla combustible/aire era desproporcionada, o que como siguiera conduciendo con el coche ahogado, acabaría jodiendo definitivamente el pistón.
Pensó que cando tuviera que ocurrir el cambio, éste vendría solo. Sería un cambio completo, le pondrían llantas nuevas, de competición, carrocería impecable, acabado perfecto, rojo brillante Ferrari, de 0 a 100 en tres segundos...
Y, aunque no dejó de perder aceite, todo lo que esperaba llegó, por lo menos aparentemente...
Su vida cambió, pasó de la niñez a la adultez en un momento, ya tenía claves, contraseñas... y teóricamente ya podía decidir y ser consecuente con esas decisiones, ya podía dominar su tiempo y moverlo a su antojo sin necesitar las pilas de nadie.
Pero no se dio cuenta de que su vida cambió, pero no lo que ella llamaba “momento” o “situación”, así que en cuanto se puso en marcha, su motor pegó un tirón y dijo “aquí me quedo, no ha cambiado nada”.
Y se quedó, de nuevo, paralizada en mitad del desierto, sola y sin cobertura...

martes, 17 de abril de 2007

Hoy, cansancio absoluto

Es tarde, muy tarde, y sin embargo a este estúpido lunes aún le quedan muchos minutos para esfumarse de una vez.
Camino lento, porque mis piernas se sienten viejas y yo estoy cansada. Arrastro los pasos como palabras seseantes que no se atreven a salir, y mi espalda se dobla hacia delante en un intento desesperado de aparentar velocidad.
El tren se escapa, y yo sólo puedo pensar que así debe sentirse cada día esa viejecilla de pelo cano que veo a lo lejos mientras intenta subir las escaleras.
Hasta pensar me duele. Y lo peor es que sé que cuando por fin me siente, seguirá doliéndome pensar...
Camino sin tiempo, y miro la esfera invisible de mi muñeca desnuda. El ritmo del reloj fantasma adelanta a mis pasos, cada vez más lentos, y vuelvo a perder el tiempo que he mirado sin ver.
Ahora recuerdo que el reloj se rompió hace semanas, y he logrado vivir sin tiempo.
¡Mentira! Saco ese tiempo que no hace tic tac del bolsillo. El tren se escapa.
Llego arriba, y dios habla. Tiene voz de mujer, y dice... “Tren con destinación Maçanet-Maçanes circula con demora de treinta minutos” Cansada incluso para desesperarme con Dios, me siento, y tal como me figuraba, pensar sigue doliendo.

jueves, 5 de abril de 2007

Acciones

Convertir el cielo en ceniza ardiente, y las nubes en guantes de boxeo.
Transformar una mirada azul en una gran duda negra afilada. Miedo.
Empaparse en el sudor gris del deseo, la ira y la preocupación.
Perderse una y otra vez en el aliento fétido de la vida.Verterse en el río denso y gélido que es la herida supurante que se abre del pecho a la garganta, caminando firme y cogida de la mano del tiempo que no entiende y que no te permite entender, sólo entrever, mirar a través de espejos mentirosos dispuestos crueles en el laberinto irónico de la vida, o de la muerte...

lunes, 2 de abril de 2007

Pon una valla en tu vida...

Cobardía, autoprotección, rendición, miedo, vacío, ceguera, realidad, espejismo, momento, situación, autoengaño, barrera, pincho, valla, lados... ¿qué es lo que estoy haciendo?

lunes, 12 de marzo de 2007

Érase una vez una persona fuera de su cabeza

En el intervalo de tiempo que separa un paso de otro exactamente igual, un suspiro de un ahogo o un dos de un tres. En lo que tardas en bajar de un tren, parpadear y respirar... En ese instante mi cerebro fue capaz de ponerse del revés, desconectarse, evaporarse y salir al aire oculto entre el sudor frío que huía por los poros de mi cabeza. No sé qué pasó, intento entenderlo, pero realmente no fue nada. Y ese nada me perdió, porque pareció un mundo sin ser nada. No sabía qué dirección tomar, coger un metro más, el tren con destino a mi casa que debían estar anunciando por megafonía o simplemente salir corriendo hasta caer rendida. Me miraba desde fuera, desde arriba y me veía rodar sobre mi propio eje, como una peonza patosa. Me mareé y la gente me asfixiaba con sus andares lentos y sus miradas tiesas. Me senté entre nubes dispersas de plástico duro, frío y sucio, frente a unos paneles negros con letras blancas que giraban y giraban con desagradables ruidos secos y tartamudeantes, y que no dejaron de girar hasta más allá de medianoche, mi hora bruja... momento en que se quedaron inmóviles y mudos, y me di cuenta de que la gente ya no estaba y que aquel sonido callado todavía agrietaba más mis heridas arrancándome espesas lágrimas prisioneras de falso dolor. Los muros y el techo interminable de una estación vacía empezaron a moverse hacia mí, atraídos por la fuerza indomable de la soledad creciente del momento, y yo no encontraba allí mi rincón bajo una mesa donde poder ocultarme.
Una voz lejana que no tenía por qué estar y estuvo, y una opción cuando las opciones se acababan, salvaron el momento y no quedó en mí más que unos pocos residuos de tristeza que seguro irán perdiéndose con el tiempo. Aún sigo sin entender qué pasó, porque realmente no ocurrió nada. Sólo no entendí y me perdí en mí.

sábado, 3 de marzo de 2007

Faros del recuerdo

La ilusión es un espejismo que te atrapa para elevarte hasta la cumbre estúpida de lo invisible, mientras va apoderándose de los hilos que manejan tu cuerpo. Para poder, finalmente, despertarte y dejarte caer, sin darte tiempo a pensar, en el azote de la ingravidez ficticia y mentirosa.
La ilusión es contradicción, me asusta acabar desconfiando de ella y convertir mis ojos en piedras incrédulas. Me asusta la ausencia de ilusión, por la simple naturaleza de la palabra ausencia. Me asusta pensar que es camino hacia algo peor, es goteo, es pérdida, caída. El declive...
Otras veces, persiguiendo la tranquilidad interior, tras la sombra de la tolerancia a la propia vida, al tiempo, al miedo... Prefiero pensar que esas gotas que van cayendo, a pesar de desgastarse al hacerlo, ni se pierden, ni se evaporan, ni se burlan, ni se ríen. Quizás sólo están para que uno mismo no se pierda, para poder volver a “casa” siempre que sea necesario. Faros del recuerdo.La ilusión es espejismo, es faro, se pierde, te encuentra, te arrastra, es tranquilidad, solitaria, taquicárdica... No lo sé. Ahora sólo sé que la ilusión duele, y a pesar de todo sigue asustándome perderla...

domingo, 18 de febrero de 2007

Principio de incertidumbre

Si pudiese pedir un deseo, pediría dominar el tiempo, para poder liberarme de esa frustrante sensación de llegar siempre a destiempo.Dominar mi tiempo y el de mi entorno. Acelerarlo, detenerlo, ralentizarlo, multiplicarlo...“Hubiese sido perfecto, si hubiese sido el momento”, pienso algunas veces... Llegar en un momento inoportuno, cargado de incongruencias y contradicciones, es fácil. Barreras. También lo es llegar demasiado tarde, cuando las ideas se han gastado por el roce, y muchas ilusiones han ido goteando y perdiéndose por el camino. Más barreras.Tan fácil como llegar demasiado pronto. Como el pastel que se desinfla al sacarlo del horno, o esa calle que aún no está puesta y no te deja pasar... Vacío.Pero qué difícil es sincronizar momentos, llegar justo en el momento adecuado. En el MOMENTO...